El peor de los infiernos: ¡el mío! Ahora sé que existe y que se constituye por todos mis sufrimientos e incuba el más fatídico veneno: ¡la falta de esperanza!
El peor de los infiernos: ¡el mío! Ahora sé que existe y que se constituye por todos mis sufrimientos e incuba el más fatídico veneno: ¡la falta de esperanza!